Al seleccionar a los participantes para su revisión retrospectiva, los científicos se enfocaron en aquellos cuyos niveles de hidratación estaban dentro de un rango normal y que no tenían diabetes, obesidad o insuficiencia cardiaca al comienzo del estudio. Aproximadamente 11.814 adultos se incluyeron en el análisis final y, de ellos, los investigadores encontraron que 1.366 (11,56 %) desarrollaron posteriormente insuficiencia cardiaca.
Para evaluar los posibles vínculos con la hidratación, el equipo evaluó el estado de hidratación de los participantes mediante varias medidas clínicas. Observar los niveles de sodio sérico, que aumenta a medida que disminuyen los niveles de fluidos del cuerpo, fue especialmente útil para ayudar a identificar a los participantes con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca.
También ayudó a identificar a los adultos mayores con un mayor riesgo de desarrollar tanto insuficiencia cardiaca como hipertrofia ventricular izquierda, un agrandamiento y engrosamiento del corazón. "La ingesta de líquidos y sodio sérico se puede evaluar fácilmente en exámenes clínicos y ayudar a los médicos a identificar a los pacientes que pueden beneficiarse al conocer formas de mantenerse hidratados", han enfatizado los expertos.
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Nj productora