Según la agencia, las principales causas de este problema son la falta de educación y atención sexual y reproductiva, opciones anticonceptivas que no se adaptan bien a las necesidades de muchas mujeres, estigmas presentes en muchas sociedades, violencia sexual y pobreza, entre otros.
Sobre todo ello, argumenta el UNFPA, sobrevuela el problema de la desigualdad de género, causa y a la vez consecuencia de los embarazos no deseados, que tienen importantes efectos en la educación y las oportunidades de progreso para millones de mujeres.
"Para las mujeres afectadas, la decisión reproductiva más importante, el quedarse o no quedarse embarazada, no es una elección", dijo a los periodistas la directora ejecutiva de la agencia, Natalia Kanem.
Según las estimaciones de la ONU, unos 257 millones de mujeres de todo el mundo que no quieren quedarse embarazadas no están usando métodos anticonceptivos modernos y hasta un 25 por ciento de todas las mujeres no tienen capacidad para negarse a mantener relaciones sexuales.
Esos problemas son especialmente graves en el caso de las adolescentes, que no conocen sus cuerpos y que muy a menudo se ven forzadas o presionadas para mantener relaciones, quedando en muchos casos condenadas a una vida de pobreza al tener que dejar sus estudios, señaló Kanem.
El UNFPA destaca además cómo los embarazos no buscados se disparan en situaciones de conflicto, en las que las mujeres pierden acceso a métodos anticonceptivos y aumentan los casos de violencia sexual.
Según estimaciones de la agencia, por ejemplo, se calcula que la situación en Afganistán desembocará en unos 4,8 millones de embarazos accidentales de aquí a 2025.
El UNFPA llamó la atención sobre el riesgo para las mujeres ucranianas, desplazadas en masa por la guerra, recordando que hay estudios basados en otras crisis que aseguran que hasta más de un 20 por ciento de las refugiadas son víctimas de violencia sexual.
Para atajar la crisis de los embarazos no deseados, la ONU considera que lo más importante es reforzar los recursos en el ámbito de la educación sexual y reproductiva y en el acceso a anticonceptivos modernos.
En ese sentido, la principal responsable del informe, Gilda Sedgh, recalcó que el problema es un asunto social y no puede reducirse nunca "a una cuestión de responsabilidad o irresponsabilidad individual" de las mujeres.
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Nj productora