La víspera la Policía Nacional tuvo un choque con integrantes de la federación de bandas G-9 y aliados que desde hace varias semanas bloquean el acceso a las terminales petroleras, lo cual agudizó la crisis del país con el combustible.
Este grupo, con bastión en Cité Soleil, el barrio más pobre del país, amenazó con desalojar al primer ministro Ariel Henry del poder a cualquier precio y culpó a la burguesía y los políticos tradicionales de la pobreza de Haití.
Varia voces criticaron el mutismo de Henry ante la escasez crónica de combustible y la inacción de las fuerzas policiales, mientras las bandas expanden su control particularmente en Puerto Príncipe.
La situación de los carburantes obligó al cierre de decenas de instituciones de salud, la reducción de los servicios de bancos, escuelas, potabilizadoras de agua y amenaza con detener la distribución del preciado líquido en tres de las comunas más pobladas de la capital.
También varios medios tradicionales limitaron sus frecuencias, y Le Nouvelliste, el diario más antiguo del país informó que la tirada impresa solo estará disponible tres días de la semana.
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Nj productora