En segundo lugar la estrategia apunta a la «implementación integral de los acuerdos de paz» y una inversión en desarrollo rural, seguridad ciudadana y acceso a la justicia. De este modo se busca proteger a los líderes comunitarios, reducir la dependencia de la coca y ampliar la formalización del suelo.
Por último, el tercer punto que establece esta hoja de ruta remarca directamente la protección ambiental y los esfuerzos estadounidenses por ayudar al Gobierno colombiano para contrarrestar las acciones de los narcotraficantes contra el medio ambiente y explorarán intervenciones adicionales que puedan generar «múltiples beneficios».
En este aspecto se ha señalado directamente a la restauración de selvas tropicales, la eliminación de campos de cultivo de coca y los refugios de los laboratorios o la negación de un «santuario para los grupos armados ilegales».
«La estrategia (…) reconoce la importancia de la seguridad, la justicia, el desarrollo económico y la protección ambiental», ha expresado la directora interina de la ONDCP, Regina LaBelle, quien ha añadido que con este plan se buscará «disminuir la disponibilidad de sustancias ilícitas en Estados Unidos y Colombia» al tiempo que se impulsa una «mayor seguridad» en zonas rurales del país sudamericano.
Así bien, como parte de la nueva estrategia, Estados Unidos apoyará los esfuerzos del Gobierno colombiano para «monitorear y contrarrestar los delitos ambientales» que sustentan a los grupos narcotraficantes y que tienen un impacto «profundamente negativo en el medio ambiente de Colombia y la región amazónica».
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Nj productora