Mientras unos cavan trincheras, otros se ocupan de alimentar a los que se han quedado en Kiev. Decenas de voluntarios preparan comida en las calles cerca de la línea del frente noreste de la ciudad para que soldados y civiles puedan comer. De cinco a seis mil personas se alimentan diariamente gracias a esta iniciativa de Victoria Yermakova.
Esta ucraniana es profesora y responsable de la cocina organizada por los voluntarios: «Junto con mi marido, decidimos no dejar Kiev y quedarnos a ayudar como voluntarios. No teníamos ninguna obligación, sólo preguntamos a nuestros chicos qué necesitaban, y dijeron que querían té, porque hacía mucho frío en ese momento, y algo de comida».