Jaime Casanova Martínez introdujo el acto indicando la programación a seguir para de inmediato pasar la palabra al presidente de la entidad, Alquimedes Ortiz Cruz, quien se refirió a la calidad de los exaltados para indicar el futuro de los lineamientos que inicia su accionar en el área del reconocimiento a aquellos que realmente sean merecedores la distinción en el judo dominicano.
Seguidamente se abrió un conversatorio con familiares de Priamo Morel (1924-2000) y Sixto Inchaustegui (1930-2008) refiriéndose a las anécdotas de ambos exponentes en su práctica del judo, familiar, personal, en fin, un recuento que todos escucharon con verdadera atención.
Por su parte, Pou Arredondo intervino para rememorar la práctica del Judo a mediados de los años cuarenta con uniformes que su madre hizo a mano teniendo como lugares de práctica los patios de casas, y playas cercanas, sin dejar de lado la constancia de cada uno de ellos y sus aportes.
Recordó la fortaleza fisica de Priamo Morel y los amplios conocimientos de Sixto en varias disciplinas además del judo, la lucha, boxeo, en fin, un enamorado de los deportes de combate y artes marciales que lo acompaño toda su vida.
La entrega de placas estuvo a cargo de Ortiz Cruz, Casanova Martinez y José Rodriguez Familia en sus calidades de presidente, secretario y vocal del Santuario de la Fama del Judo Dominicano.
La coordinación del evento estuvo a cargo de Fanny Mendoza Camejo.
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