La base del equipo es la misma que alcanzó la serie decisiva la campaña anterior antes de perder con los Bucks. Devin Booker es su principal arma ofensiva, DeAndre Ayton domina los tableros y la pintura y Chris Paul parece que hizo un pacto con el diablo para no envejecer.
A sus 36 años, CP3 está teniendo una temporada mágica, que lo mantiene como serio candidato a un premio que nunca ganó: el MVP. El base promedia 14,9 puntos por partido, 10,4 asistencias (lider de la liga) y 4,5 rebotes. Pero lo más importante para los Suns: no ha sido afectado por las lesiones.
Paul ha levantado su nivel en los últimos partidos y viene de convertirse en el primer jugador desde el histórico John Stockton que firma tres partidos seguidos con al menos 14 asistencias y menos de dos pérdidas.
Con Paul a este nivel y un equipo con jugadores que cumplen su rol a la perfección, los Suns son grandes candidatos para quedarse con el Trofeo Larry O'Brien, el mismo que se les escurrió de las manos la temporada pasada.
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